Durante años, el síndrome premenstrual (SPM) ha sido minimizado o malinterpretado como un simple “cambio de humor femenino”. Sin embargo, detrás de esos días difíciles hay un complejo proceso biológico que involucra hormonas, neurotransmisores y emociones. Comprenderlo es el primer paso para manejarlo con equilibrio y sin culpa.
🔬 ¿Qué ocurre en el cuerpo durante el síndrome premenstrual?
El ciclo menstrual femenino está controlado por dos hormonas principales: estrógeno y progesterona. En la segunda mitad del ciclo, cuando la ovulación ha ocurrido, los niveles de estrógeno bajan y la progesterona sube. Este cambio hormonal puede alterar la forma en que el cerebro regula neurotransmisores como la serotonina, relacionada directamente con el estado de ánimo.
Por eso, muchas mujeres experimentan síntomas emocionales y físicos: irritabilidad, ansiedad, llanto fácil, cansancio, retención de líquidos o sensibilidad en los senos. En algunos casos, el malestar puede ser tan intenso que interfiere con la vida diaria, una condición conocida como trastorno disfórico premenstrual (TDPM).
💡 Más allá del “mal humor”: el impacto real del SPM
Reducir el síndrome premenstrual a una caricatura emocional no solo es injusto, sino que retrasa su abordaje médico. El SPM no significa debilidad ni exageración; es una respuesta neuroendocrina legítima.
De hecho, estudios recientes muestran que hasta el 80% de las mujeres en edad fértil presentan algún grado de síntomas premenstruales, y cerca del 10% padece un cuadro severo.
🧘♀️ Estrategias efectivas para aliviar el síndrome premenstrual
El tratamiento no siempre requiere medicación. En la práctica clínica, el Dr. Denis Sánchez recomienda un enfoque integral que combine cambios en el estilo de vida con manejo hormonal, según el caso:
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Ejercicio moderado: mejora la circulación y aumenta la serotonina.
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Alimentación equilibrada: reducir cafeína, alcohol y azúcares simples.
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Suplementación adecuada: magnesio, omega-3 y vitamina B6 pueden disminuir los síntomas.
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Regulación hormonal: en casos más intensos, los anticonceptivos hormonales ayudan a estabilizar las fluctuaciones.
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Terapia láser íntima o bioestimulación: en mujeres con cambios asociados al ciclo o a disbalances hormonales, mejora la vascularización y el bienestar íntimo general.
❤️ Escuchar el cuerpo, no minimizarlo
Cada mujer vive su ciclo de forma diferente. Algunas experimentan molestias leves, otras sienten un verdadero torbellino físico y emocional. Consultar a un ginecólogo especializado permite distinguir entre un SPM normal y uno que requiere tratamiento médico.
El Dr. Denis Sánchez, ginecólogo en Quito, subraya que hablar abiertamente del síndrome premenstrual es una forma de empoderamiento:
“Comprender el ciclo y reconocer los síntomas no es debilidad, es autoconocimiento. Hoy la ginecología ofrece soluciones seguras y personalizadas para que cada mujer viva su ciclo con bienestar.”