Aunque la Semana Mundial del Parto Respetado se conmemora oficialmente en mayo, especialistas en salud materna insisten en que sus principios deben mantenerse vigentes todo el año.
El movimiento, impulsado por la Asociación Francesa por el Parto Respetado en 2004, busca reducir intervenciones innecesarias y promover una atención basada en el derecho de las mujeres a decidir cómo vivir el nacimiento de sus hijos.

En Ecuador, el concepto ha ganado terreno en hospitales y clínicas privadas.
El Dr. Denis Sánchez, ginecólogo obstetra en Quito, explica que el parto respetado no se opone a la medicina moderna, sino que propone “una práctica donde la ciencia y la empatía se complementan”.

“El respeto implica informar a la paciente, escucharla y garantizar que cada decisión médica sea comprendida y aceptada.
La evidencia muestra que cuando la mujer participa activamente en su parto, el proceso es más seguro y menos traumático”, señala.


📈 Cambios en la atención materna

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), más del 30 % de las mujeres latinoamericanas declara haber sentido falta de autonomía durante el trabajo de parto.
La tendencia actual busca revertir esa percepción mediante protocolos que promuevan acompañamiento continuo, libertad de posición y contacto piel con piel inmediato.

En Quito, varios centros obstétricos incorporan salas adaptadas con iluminación cálida, monitoreo fetal remoto y espacios para la pareja o persona de apoyo, lo que ha reducido los índices de ansiedad y mejorado la recuperación posparto.

El Dr. Sánchez explica que este cambio cultural también ha modificado la formación médica:

“Hoy se enseña a los residentes a escuchar antes de intervenir.
La obstetricia ya no es solo control, sino acompañamiento.”


🧠 Educación, tecnología y derechos

El movimiento por el parto respetado se entrelaza con avances tecnológicos.
Las ecografías de alta resolución y los reportes estadísticos de riesgo permiten planificar cada nacimiento con mayor precisión, pero el desafío sigue siendo mantener la humanidad en el proceso.

Diversas organizaciones de derechos reproductivos insisten en que el parto respetado debe ser una política de salud pública, no una elección individual.
La OMS ha advertido que el abuso de cesáreas sin indicación médica representa un riesgo global y que promover partos fisiológicos, acompañados por profesionales calificados, mejora los resultados neonatales y la satisfacción materna.


🩺 Un enfoque que trasciende fechas

Aunque la efeméride internacional se recuerda en mayo, los especialistas coinciden en que el mensaje no debe limitarse a una semana.
La atención obstétrica respetuosa es un principio ético permanente, orientado a garantizar seguridad, autonomía y bienestar emocional.

“Un parto respetado no significa ausencia de control médico —añade el Dr. Sánchez—, significa entender que la mujer no es un sujeto pasivo del parto, sino su protagonista.”