El rejuvenecimiento vaginal con láser ha ganado visibilidad en la última década como parte de los tratamientos de ginecología estética. Aunque para algunas mujeres este procedimiento representa una oportunidad para mejorar su calidad de vida, muchas otras lo ven con escepticismo. Las dudas son comprensibles, ya que abundan los mensajes contradictorios en redes sociales y medios. ¿Es realmente efectivo? ¿O es solo otra moda sin sustento médico?
Este artículo revisa los mitos más frecuentes y contrasta la información popular con los hallazgos clínicos publicados hasta hoy.
Mito 1: “Es solo un tratamiento estético sin base médica”
Verdad científica:
Aunque el término “rejuvenecimiento vaginal” suena estético, el láser vaginal también tiene aplicaciones clínicas. Ha sido utilizado en mujeres con atrofia vaginal secundaria a la menopausia, síndrome genitourinario o incontinencia urinaria leve. Estudios clínicos han reportado mejoras en la lubricación, el grosor del epitelio vaginal y la elasticidad del tejido.
Un ejemplo es el uso del láser de CO₂ fraccionado, que estimula la producción de colágeno y mejora la vascularización, con efectos positivos en mujeres que presentan sequedad vaginal o dispareunia (dolor en las relaciones sexuales).
Mito 2: “El procedimiento es doloroso y peligroso”
Verdad científica:
El rejuvenecimiento con láser es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza en consultorio. No requiere anestesia general y suele generar una molestia leve o moderada. Algunas pacientes describen una sensación de calor o escozor transitorio.
En cuanto a los riesgos, los efectos secundarios son raros y suelen ser leves: enrojecimiento temporal, leve inflamación o aumento del flujo. No obstante, como todo procedimiento médico, debe realizarse con equipos aprobados y por profesionales capacitados.
Mito 3: “No hay estudios que respalden sus beneficios”
Verdad científica:
Si bien todavía se necesita mayor evidencia a largo plazo, existen estudios clínicos que muestran resultados positivos. Por ejemplo, una revisión publicada en el Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology destacó la mejoría sintomática en mujeres tratadas con láser vaginal para atrofia vulvovaginal.
La Sociedad Internacional de Menopausia y otras entidades médicas han señalado que se trata de una opción emergente prometedora, aunque insisten en que no debe sustituir tratamientos hormonales tradicionales sin una evaluación médica.
Mito 4: “Sirve para todas las mujeres sin excepción”
Realidad médica:
El láser vaginal no es adecuado para todas las pacientes. Está contraindicado en mujeres con infecciones vaginales activas, lesiones precursoras de cáncer de cuello uterino o ciertas condiciones dermatológicas. Además, su uso debe ser evitado durante el embarazo y el posparto inmediato.
Una consulta ginecológica previa es esencial para valorar si la paciente es candidata. La evaluación incluye historia clínica, examen físico y, en algunos casos, estudios de citología o colposcopia.
Mito 5: “Los resultados son permanentes”
Realidad médica:
Los efectos del rejuvenecimiento vaginal con láser no son permanentes. En general, se recomiendan entre dos y tres sesiones iniciales, seguidas de una sesión de mantenimiento anual, dependiendo de la edad, el estado hormonal y los síntomas.
Los beneficios pueden durar entre 6 y 18 meses, y están condicionados por factores como el envejecimiento natural, la menopausia y los cambios hormonales.
Conclusión
El rejuvenecimiento vaginal con láser no es un tratamiento milagroso, pero tampoco es una simple tendencia sin fundamento. Hay evidencia creciente que respalda su utilidad en ciertos cuadros ginecológicos, pero no debe recomendarse de forma indiscriminada. La información basada en evidencia, una valoración médica profesional y expectativas realistas son claves para tomar decisiones informadas.
Antes de someterse a este procedimiento, se recomienda consultar con un ginecólogo especializado que pueda ofrecer una evaluación completa y explicar con claridad los beneficios, riesgos y alternativas disponibles.