La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una actualización clave en sus recomendaciones para la prevención y tamizaje del cáncer de cuello uterino, una enfermedad que continúa siendo una de las principales causas de muerte en mujeres jóvenes, especialmente en países en desarrollo como Ecuador.

Según el nuevo protocolo, se enfatiza la importancia de iniciar el tamizaje desde los 21 años, utilizando pruebas de ADN para el virus del papiloma humano (HPV), que es el principal causante del cáncer cervical. Este cambio responde a avances científicos que demuestran que un tamizaje temprano y más específico reduce de manera significativa la incidencia y mortalidad asociadas.

¿Por qué es tan importante esta actualización?

El cáncer de cuello uterino afecta a miles de mujeres cada año y, pese a ser altamente prevenible, sigue cobrando vidas debido a la falta de detección oportuna y acceso a tratamientos adecuados. Tradicionalmente, el método principal para tamizaje ha sido la citología o Papanicolaou, pero las pruebas de ADN para HPV ofrecen mayor sensibilidad y precisión, permitiendo detectar lesiones precancerosas antes de que evolucionen a cáncer invasivo.

“Como ginecólogo en Quito, he observado cómo la incorporación de pruebas HPV en mis pacientes ha mejorado la detección temprana y ha aumentado la tranquilidad de las mujeres en control,” afirma el Dr. Denis Sánchez, especialista en ginecología y obstetricia con amplia experiencia en ecografías 4D y tratamientos láser.

Avances en métodos de tamizaje

Además del inicio temprano del tamizaje, el nuevo protocolo destaca la utilidad de métodos accesibles como la auto-toma para HPV, que permite a las mujeres recoger sus propias muestras sin necesidad de una consulta inmediata con un especialista. Esto es especialmente valioso en zonas rurales o donde existen barreras culturales o logísticas para acudir a un centro médico.

La vacunación contra HPV sigue siendo un pilar fundamental en la prevención primaria, recomendándose para niñas y niños desde los 9 años, para reducir la circulación del virus y proteger a futuras generaciones.

¿Qué deben saber las mujeres?

  • Edad de inicio: Tamizaje a partir de los 21 años, con seguimiento y controles periódicos según resultados.

  • Pruebas recomendadas: HPV ADN como método preferente, con Papanicolaou como complemento cuando sea necesario.

  • Vacunación: Fundamental para prevenir infecciones por HPV y reducir riesgo de cáncer.

  • Importancia del control regular: Incluso con vacunación, el tamizaje regular es vital.

  • Consulta médica especializada: Acudir con un ginecólogo para interpretar resultados y planificar seguimiento o tratamientos.

Impacto para Ecuador y la región

Estas recomendaciones se alinean con la estrategia global de la OMS para eliminar el cáncer de cuello uterino como problema de salud pública antes de 2030, estableciendo metas claras de vacunación, tamizaje y tratamiento. En Ecuador, la implementación efectiva puede significar una reducción del 30% en nuevos casos y muertes relacionadas en los próximos años.

El rol del especialista en ginecología

La actualización del protocolo también subraya la importancia del papel de los ginecólogos para educar a las pacientes, ofrecer asesoría personalizada y aplicar tratamientos avanzados, como los procedimientos láser para lesiones precancerosas. En la práctica diaria, la combinación de tecnología moderna con un enfoque humano es clave para el éxito.