La histerectomía, la cirugía ginecológica que consiste en la extirpación del útero, es uno de los procedimientos más realizados en el mundo. Sin embargo, alrededor de ella circulan múltiples mitos que generan miedo y confusión en las pacientes. Uno de los más extendidos es que toda mujer sometida a esta operación sufrirá de inmediato una “menopausia forzada” y cambios hormonales drásticos. Los especialistas aclaran que esto no es cierto en la mayoría de los casos.
¿Qué es realmente una histerectomía?
Existen diferentes tipos de histerectomía según el motivo médico y la extensión de la cirugía:
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Total: extirpación completa del útero y el cuello uterino.
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Subtotal: se extrae solo el cuerpo del útero y se conserva el cuello uterino.
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Con o sin anexectomía: en algunos casos se acompañan de la extirpación de ovarios y trompas de Falopio.
La indicación de este procedimiento varía. Puede recomendarse por hemorragias uterinas graves, fibromas grandes, endometriosis severa, prolapsos o incluso en ciertos casos de cáncer ginecológico.
Mito y realidad sobre las hormonas
El temor más frecuente es creer que tras una histerectomía se producen cambios hormonales inevitables. La realidad es distinta:
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Cuando se conservan los ovarios, las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) continúan produciéndose de manera natural. La mujer mantiene sus características hormonales habituales hasta llegar a la edad de la menopausia.
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El útero no produce hormonas, su función es exclusivamente reproductiva. Por tanto, al retirarlo no se altera el equilibrio hormonal.
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Solo en los casos donde la cirugía incluye la extirpación de los ovarios (ooforectomía), aparecen síntomas propios de la menopausia como sofocos, sequedad vaginal o cambios de ánimo.
En estos últimos casos, los especialistas pueden indicar terapia de reemplazo hormonal para mantener la calidad de vida y proteger la salud ósea y cardiovascular.
Un procedimiento común, pero rodeado de dudas
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la histerectomía se encuentra entre las cinco cirugías más practicadas en mujeres adultas. A pesar de ello, el desconocimiento sigue siendo alto. Muchas pacientes retrasan la decisión de operarse por miedo a “perder su feminidad” o a “envejecer de golpe”.
Los ginecólogos advierten que esta percepción es equivocada y que la falta de información puede llevar a demorar un tratamiento necesario para recuperar la calidad de vida.
Lo que sí y lo que no cambia tras una histerectomía
Lo que no cambia si se conservan los ovarios:
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Producción hormonal.
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Estado de ánimo y energía.
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Función sexual y deseo.
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Salud ósea y cardiovascular.
Lo que sí cambia:
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Desaparecen los periodos menstruales.
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Ya no es posible un embarazo.
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Se reducen o eliminan los síntomas provocados por la enfermedad que motivó la cirugía (dolor, sangrados abundantes, presión pélvica).
Testimonios y experiencias
“Tenía miedo porque me decían que iba a entrar en menopausia inmediatamente, pero mis ovarios quedaron intactos y no sentí cambios hormonales. Lo que sí cambió fue mi calidad de vida: ya no tengo sangrados ni dolor”, comenta una paciente operada por miomas uterinos.
Historias como esta muestran cómo la información correcta ayuda a reducir temores injustificados.
El papel de los especialistas
Los ginecólogos insisten en la importancia de una consulta clara y personalizada. Explicar con detalle si los ovarios serán conservados es clave para que la paciente tome decisiones informadas y con confianza.
En América Latina y otros lugares del mundo, los médicos están reforzando campañas educativas para aclarar que la histerectomía no equivale automáticamente a un “cambio hormonal brusco”. El objetivo es desterrar mitos y promover una visión más realista y esperanzadora.
Conclusión
La histerectomía es un procedimiento que puede cambiar la vida de muchas mujeres al resolver problemas graves de salud. Y aunque implica la pérdida del útero, no significa una alteración hormonal si los ovarios se mantienen.
El mensaje de los especialistas es contundente: la histerectomía no afecta la salud hormonal de la mujer cuando los ovarios son preservados. Romper con este mito es esencial para que las pacientes enfrenten la cirugía sin miedo y con la tranquilidad de que su salud hormonal no se verá comprometida.