Una tendencia que sigue creciendo

En 2025, los datos demográficos confirman una realidad que ya se venía observando: la edad promedio del primer embarazo continúa aumentando. En Ecuador y en varios países de la región, cada vez son más las mujeres que deciden posponer la maternidad hasta después de los 30 años.

¿Qué está detrás de este cambio?

Las razones son múltiples: mayor acceso a la educación universitaria, búsqueda de estabilidad laboral, planificación financiera y cambios sociales respecto al rol de la mujer. Además, el uso extendido de métodos anticonceptivos y el retraso en la edad de matrimonio han contribuido a que la maternidad ocurra más tarde.

Implicaciones médicas

Desde el punto de vista ginecológico, retrasar el embarazo tiene ventajas y riesgos. Entre los aspectos positivos está la posibilidad de planificar mejor el embarazo y reducir embarazos no deseados. Sin embargo, después de los 35 años aumentan las probabilidades de complicaciones como hipertensión gestacional, diabetes en el embarazo y alteraciones cromosómicas en el bebé.

La voz del especialista

El Dr. Denis Sánchez, ginecólogo en Quito, señala que “cada mujer es diferente y merece un acompañamiento personalizado. Un embarazo a los 20 no tiene los mismos retos que uno a los 35. Lo más importante es que las pacientes reciban controles médicos oportunos y asesoría antes de planificar la maternidad”.

Mirada hacia el futuro

La tendencia hacia la maternidad tardía parece que seguirá en los próximos años. Esto plantea un desafío para los sistemas de salud, que deberán reforzar la atención reproductiva, el acceso a ecografías avanzadas y la orientación médica sobre fertilidad.