En los últimos meses, ginecólogos y especialistas en salud reproductiva de Ecuador han reportado un aumento significativo de infecciones vaginales resistentes al tratamiento, especialmente candidiasis recurrentes y vaginosis bacterianas que no responden a los antibióticos habituales.
El fenómeno preocupa porque afecta a mujeres jóvenes, embarazadas y pacientes con antecedentes de tratamientos frecuentes para infecciones vaginales.
Un problema creciente: por qué se están haciendo resistentes
La resistencia se debe, principalmente, a tres factores:
1. Uso indiscriminado de antibióticos y antifúngicos
Medicamentos como fluconazol, metronidazol, clindamicina o incluso combinaciones vaginales se utilizan sin diagnóstico adecuado.
Cuando se administran repetidas veces sin confirmar la causa del flujo, las bacterias y hongos se adaptan y dejan de responder.
2. Tratamientos incompletos
Muchas pacientes interrumpen la medicación cuando “desaparece el picor”, lo cual favorece la resistencia y deja una flora vaginal inestable.
3. Diagnóstico errado sin ecografía ni cultivo
La automedicación conduce a que se usen medicamentos para una condición diferente:
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candidiasis tratada como vaginosis
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vaginosis tratada como infección urinaria
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irritaciones tratadas como infección
Esto agrava los síntomas y cambia el pH vaginal, haciéndola más propensa a infecciones complejas.
El papel crítico de la automedicación en Ecuador
La automedicación sigue siendo un problema estructural. En Ecuador muchas mujeres compran medicamentos sin receta, basándose en:
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consejos de amigas
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recomendaciones en redes sociales
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experiencias previas
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“curas rápidas” recomendadas en farmacias
El resultado es que llegan al consultorio con infecciones mal tratadas, cronificadas y, en muchos casos, resistentes.
La automedicación también oculta síntomas importantes, lo que retrasa el diagnóstico de enfermedades como:
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VPH
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lesiones cervicales
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infecciones urinarias ascendentes
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infecciones pélvicas
Dependientes de farmacia: prescripción no permitida
Otro punto crítico es la prescripción directa en farmacias, donde dependientes o auxiliares —que no son médicos— recomiendan medicamentos sin un diagnóstico clínico adecuado.
Esto genera varios problemas:
1. Error en el tipo de infección
Se dispensan antifúngicos para una vaginosis o antibióticos para una simple irritación por jabón.
2. Uso repetido de la misma molécula
Por ejemplo, fluconazol repetido varias veces al mes, lo que selecciona cepas de cándida resistentes.
3. Combinaciones inseguras
Muchas farmacias sugieren óvulos o cremas combinadas sin evaluar alergias, embarazo o interacciones con anticonceptivos.
4. Normalización del “tratamiento sin consulta”
Esto desincentiva a las pacientes a acudir a un ginecólogo, prolonga los síntomas y permite que las infecciones evolucionen.
En Ecuador, solo un médico puede diagnosticar y prescribir. La intervención farmacéutica en la prescripción no está permitida, pero se ha vuelto común por falta de control y por la presión comercial de las cadenas.
¿Qué están viendo los ginecólogos en consulta?
Los casos más frecuentes incluyen:
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cándida resistente a fluconazol
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vaginosis bacteriana recurrente por tratamientos incompletos
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sobrecrecimiento mixto (hongos + bacterias) junto con inflamación crónica
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pH vaginal alterado por el uso excesivo de óvulos y duchas vaginales
Estos casos requieren cultivos, pH, microscopía húmeda, ecografía ginecológica y, en algunos casos, tratamientos más largos o moléculas alternativas.
Consecuencias de no tratar correctamente una infección vaginal
Si no se interviene de forma adecuada, estas infecciones pueden causar:
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infecciones recurrentes todo el año
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inflamación crónica y dolor
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alteraciones en la microbiota vaginal
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problemas durante el embarazo (parto prematuro, ruptura prematura de membranas)
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dispareunia
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riesgo aumentado de infecciones pélvicas
La recomendación de especialistas
Los ginecólogos coinciden en:
1. No automedicarse
Ni óvulos, ni cremas, ni pastillas sin consulta previa.
2. Evitar la prescripción por dependientes de farmacia
El dependiente no debe indicar dosis, duración ni combinaciones.
3. Acudir a consulta si hay síntomas como:
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flujo con mal olor
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ardor
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picor
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dolor al tener relaciones
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sangrado anormal
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síntomas que regresan cada mes
4. Realizar un examen ginecológico completo
Incluye colposcopia, ecografía y, si es necesario, cultivo vaginal.
Conclusión
El aumento de infecciones vaginales resistentes en Ecuador tiene relación directa con la automedicación y el consejo inadecuado en farmacias. La solución es fortalecer la educación en salud, evitar el uso de medicamentos sin diagnóstico y promover la consulta ginecológica con especialistas certificados.
