Dr. Denis Sánchez
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    Ana Cristina Marchan Avatar Ana C.
    26 de agosto de 2025

Introducción

La tendencia a usar más una mano que la otra, ya sea la derecha o la izquierda, es una característica neurológica conocida como lateralidad. Esta preferencia no es una simple elección cultural o aprendida, sino una manifestación del desarrollo cerebral desde etapas muy tempranas. Numerosos estudios han demostrado que la dominancia de un hemisferio cerebral, que determina si una persona será diestra o zurda, comienza a consolidarse durante la vida intrauterina.

¿Qué es la dominancia hemisférica?

El cerebro humano está dividido en dos hemisferios: el izquierdo y el derecho. Aunque ambos trabajan en conjunto, uno suele tomar el control de ciertas funciones motoras y cognitivas. En la mayoría de las personas, el hemisferio izquierdo es dominante y controla los movimientos finos del lado derecho del cuerpo, incluyendo la mano dominante. Esta asimetría funcional cerebral se conoce como dominancia hemisférica.

¿Cuándo se forma la lateralidad en el útero?

Investigaciones mediante ecografías 4D y resonancia magnética funcional fetal han revelado que la preferencia por una mano sobre la otra puede observarse desde la semana 8 a 10 de gestación. En esta etapa, algunos fetos ya muestran una inclinación a mover más una mano que la otra.

Hacia la semana 18 a 22 de embarazo, la mayoría de los fetos presenta movimientos que sugieren una lateralidad establecida. Estos movimientos no son aleatorios, sino el resultado de la actividad cerebral diferenciada entre ambos hemisferios. Se ha observado que los movimientos repetidos de una sola mano durante la succión del pulgar fetal están directamente relacionados con la futura dominancia manual.

Factores que influyen en la dominancia

Genética

Si bien no existe un “gen del zurdo”, hay una clara influencia hereditaria. Hijos de padres zurdos tienen una mayor probabilidad de serlo.

Ambiente intrauterino

Factores como la posición del feto, las concentraciones hormonales (como la testosterona prenatal), y el desarrollo vascular cerebral pueden modificar o reforzar la preferencia de un hemisferio sobre el otro.

Asimetría cerebral estructural

Desde el segundo trimestre, se han identificado diferencias anatómicas entre hemisferios, como en el planum temporale, que podrían correlacionarse con funciones especializadas como el lenguaje o la motricidad fina.

Importancia de entender la lateralidad desde la etapa prenatal

Comprender que la lateralidad manual no es una conducta aprendida posterior al nacimiento, sino una característica neurológica determinada desde el desarrollo fetal, ayuda a desmitificar muchas ideas erróneas, especialmente en torno a la zurdera. Históricamente, ser zurdo se asoció erróneamente con problemas de aprendizaje o de conducta, lo cual carece de sustento científico.

Hoy se sabe que la lateralidad no está relacionada con un menor rendimiento, sino que forma parte de la variabilidad normal del desarrollo humano. Reconocer su origen prenatal permite respetar y acompañar mejor el neurodesarrollo individual de cada niño.

Conclusión

La preferencia por ser zurdo o diestro tiene sus raíces en el cerebro fetal. Desde el primer trimestre de embarazo, el sistema nervioso comienza a mostrar una asimetría funcional que, con el tiempo, se manifestará en la dominancia manual. A través de herramientas modernas como la ecografía avanzada y la neuroimagen fetal, la ciencia ha podido observar cómo el ser humano comienza a mostrar su individualidad incluso antes de nacer.