La cistitis de luna de miel es una infección del tracto urinario que ocurre tras mantener relaciones sexuales, especialmente en mujeres jóvenes o en el inicio de una vida sexual activa. Aunque su nombre suene romántico, esta condición puede provocar molestias importantes y es mucho más común de lo que se cree.

¿Qué es la cistitis postcoital?

Se trata de una inflamación de la vejiga provocada por bacterias que ingresan a la uretra durante el acto sexual. La fricción, ciertos tipos de lubricantes o preservativos, y la anatomía femenina —con una uretra corta y cercana al recto— facilitan la entrada de microorganismos.

Principales síntomas

  • Ardor o escozor al orinar

  • Urgencia o aumento de la frecuencia urinaria

  • Sensación de vaciado incompleto de la vejiga

  • Dolor pélvico o sensación de presión

  • En algunos casos, fiebre o hematuria (sangre en la orina)

Muchas mujeres evitan hablar de estos síntomas por vergüenza o por creer que son normales después del sexo, lo cual retrasa el diagnóstico y tratamiento adecuado.

¿Por qué se llama “de luna de miel”?

Históricamente, se observó que muchas mujeres desarrollaban estos síntomas durante su luna de miel, al tener relaciones sexuales frecuentes por primera vez. El término se ha mantenido, aunque hoy sabemos que puede afectar a cualquier mujer sexualmente activa, sin importar el momento o la frecuencia.

Factores de riesgo

  • Primera relación sexual o reinicio tras abstinencia

  • Uso de diafragma o espermicidas

  • Mala higiene antes o después del coito

  • No orinar después de tener relaciones

  • Predisposición genética a infecciones urinarias

Prevención

  • Orinar antes y después del sexo

  • Higiene adecuada de la zona íntima (sin excesos)

  • Beber suficiente agua

  • Evitar espermicidas si se es propensa a infecciones

  • Consultar si hay recurrencias: algunos casos requieren profilaxis antibiótica o evaluación ginecológica

¿Cuándo acudir al médico?

Si los síntomas aparecen con frecuencia después del sexo, duran más de 48 horas o se acompañan de fiebre, dolor lumbar o sangre en la orina, es fundamental consultar al ginecólogo o urólogo. No todas las molestias urinarias son cistitis, y automedicarse puede complicar el cuadro.