Introducción
En los últimos años han circulado en medios y redes sociales afirmaciones que sugieren una relación entre el consumo de paracetamol —también conocido como acetaminofén— durante el embarazo y un posible aumento del riesgo de autismo en los hijos. Sin embargo, las principales instituciones científicas internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), han reiterado que no existe evidencia científica sólida que respalde esta afirmación.
El Dr. Denis Sánchez, ginecólogo en Quito, subraya que la información debe provenir siempre de fuentes médicas verificadas: “Es importante que las mujeres embarazadas confíen en la evidencia científica y en la orientación de sus médicos, evitando dejarse llevar por mitos que generan temor innecesario”.
Qué es el paracetamol y por qué se usa en el embarazo
El paracetamol o acetaminofén es uno de los analgésicos y antipiréticos más utilizados en el mundo. Durante el embarazo suele prescribirse para aliviar dolores leves a moderados y para controlar la fiebre, situaciones que, si no se tratan, pueden poner en riesgo tanto a la madre como al feto.
Su uso, bajo control médico y en dosis adecuadas, ha sido considerado seguro por décadas en distintas guías internacionales, entre ellas las publicadas por la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
El origen de la controversia
Algunos estudios observacionales publicados en los últimos diez años han sugerido una posible asociación entre el uso prolongado de paracetamol en el embarazo y un mayor riesgo de trastornos del neurodesarrollo, incluido el Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Sin embargo, estos estudios presentan limitaciones metodológicas importantes:
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Se basan en encuestas retrospectivas y en el recuerdo de las madres.
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No logran establecer una relación causal directa, solo asociaciones estadísticas.
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No controlan de manera uniforme otros factores que pueden influir en el neurodesarrollo, como infecciones, genética o exposición ambiental.
La postura de la OMS y de revisiones científicas
La OMS, en sus guías más recientes sobre medicamentos durante el embarazo, no ha emitido ninguna advertencia que contraindique el uso de paracetamol. Por el contrario, lo considera el analgésico de primera elección en gestantes, siempre bajo control médico y evitando dosis excesivas o prolongadas.
Una revisión publicada en Nature Reviews Endocrinology (2021) analizó la evidencia disponible y concluyó que los resultados son inconsistentes y no permiten establecer una relación de causalidad. De manera similar, un metaanálisis en JAMA Pediatrics (2023) indicó que los hallazgos deben interpretarse con cautela y que aún se requieren estudios clínicos más sólidos.
Riesgos reales del mal uso de paracetamol
Aunque no existe evidencia que relacione el paracetamol con el autismo, sí está comprobado que dosis elevadas o uso crónico sin supervisión médica pueden ocasionar toxicidad hepática grave. Por ello, la recomendación médica sigue siendo:
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Usar la dosis mínima efectiva.
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Solo durante el tiempo necesario.
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Bajo supervisión médica, especialmente en embarazadas.
Declaración del especialista
El Dr. Denis Sánchez, ginecólogo y obstetra en Quito, enfatiza:
“El paracetamol o acetaminofén sigue siendo seguro durante el embarazo cuando se administra de manera adecuada. No hay evidencia científica que lo vincule con el autismo. La prioridad siempre debe ser cuidar la salud de la madre y el bebé con información confiable”.
Conclusión
El paracetamol/acetaminofén continúa siendo el medicamento analgésico más recomendado en mujeres embarazadas a nivel mundial. Si bien existen estudios que sugieren posibles asociaciones con el autismo, la comunidad científica y la OMS coinciden en que la evidencia no es concluyente y no justifica alarmar a las madres ni prohibir su uso.
La recomendación sigue siendo clara: no automedicarse, seguir las indicaciones médicas y evitar dosis excesivas. De este modo, se protege la salud materna sin poner en riesgo el bienestar del bebé.