En 2025, la consulta ginecológica ya no es solo un espacio clínico: es también un lugar donde muchas mujeres buscan ser escuchadas, entendidas y acompañadas sin prejuicios. El paradigma ha cambiado. Hoy, la confianza y el respeto son tan importantes como un buen diagnóstico.

“Las pacientes no vienen solo a tratar síntomas físicos. Muchas necesitan validar sus experiencias, resolver dudas sin sentirse juzgadas y recibir orientación con empatía”, explica el Dr. Denis Sánchez, ginecólogo en Quito especializado en atención integral.

¿Qué esperan las pacientes de su consulta?

  1. Un trato sin juicios ni estigmas:
    Las mujeres quieren hablar libremente sobre su sexualidad, menstruación, métodos anticonceptivos, placer, dolor o incomodidades, sin sentir vergüenza.

  2. Lenguaje claro y sin tecnicismos innecesarios:
    Explicar lo que sucede con palabras comprensibles es una forma de empoderar a la paciente.

  3. Participación activa en las decisiones médicas:
    Hoy muchas mujeres quieren ser parte activa del proceso, no receptoras pasivas de indicaciones.

  4. Consultas que respeten su identidad y privacidad:
    Las pacientes valoran una atención que reconozca la diversidad de cuerpos, orientaciones e identidades, sin suposiciones ni comentarios fuera de lugar.

  5. Ambientes seguros emocional y físicamente:
    Desde una sala cálida hasta protocolos de examen que prioricen la comodidad y consentimiento en cada paso.

La figura del ginecólogo también se transforma

El rol del especialista ha evolucionado. Ya no basta con tener conocimientos médicos actualizados. La empatía, la escucha activa y la sensibilidad cultural son habilidades clave para conectar verdaderamente con las pacientes.

“He recibido a muchas pacientes que temían ir al ginecólogo por experiencias pasadas negativas. Por eso, en mi consulta busco crear un ambiente donde puedan sentirse cómodas, expresar sus dudas, y salir más tranquilas que cuando llegaron”, comenta el Dr. Denis Sánchez, cuyo consultorio en Quito se ha ganado numerosas reseñas positivas por su atención respetuosa y cercana.

¿Estamos frente a una nueva ginecología?

Todo indica que sí. Una ginecología más humana, donde se escuchan y validan las inquietudes de cada paciente, no solo mejora la experiencia en consulta, sino que también fortalece la salud a largo plazo.

En palabras de una paciente citada en Google:

“Por primera vez sentí que mi ginecólogo me miraba como una persona completa y no solo como un caso médico.”

La salud íntima necesita ciencia, sí, pero también escucha, sensibilidad y compromiso. Porque cuidar de la salud femenina también implica derribar tabúes.