La resequedad vaginal es un síntoma que muchas mujeres asocian exclusivamente con la menopausia. Sin embargo, cada vez más mujeres menores de 40 años consultan por molestias como ardor, picor, incomodidad durante las relaciones sexuales o sensación de tirantez en la zona íntima.
Lejos de ser un signo exclusivo del envejecimiento hormonal, esta condición puede tener múltiples causas —muchas de ellas reversibles— que vale la pena conocer.
¿Por qué se produce la sequedad vaginal?
La lubricación vaginal está regulada principalmente por los estrógenos, pero también influyen factores emocionales, infecciones, medicamentos y estilo de vida. Cuando algo altera ese equilibrio, aparece la resequedad.
Causas comunes en mujeres jóvenes
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Uso de anticonceptivos hormonales
Algunos anticonceptivos, especialmente los que contienen progestinas antiestrogénicas, pueden disminuir la lubricación natural. -
Estrés y ansiedad
El sistema nervioso simpático influye en la respuesta sexual. El estrés crónico reduce el flujo sanguíneo genital y afecta la lubricación. -
Lactancia materna
Durante este periodo, los niveles de estrógeno bajan de forma natural, lo que puede provocar resequedad aunque la mujer sea joven. -
Infecciones vaginales recurrentes o mal tratadas
La alteración de la flora vaginal puede inflamar los tejidos e interferir con la lubricación normal. -
Uso excesivo de jabones íntimos o duchas vaginales
Estos productos alteran el pH y eliminan la lubricación fisiológica. -
Trastornos autoinmunes o endocrinos
Enfermedades como el síndrome de Sjögren o el hipotiroidismo también pueden afectar las mucosas. -
Tratamientos médicos o quirúrgicos
Algunos medicamentos (antihistamínicos, quimioterapia, antidepresivos) reducen la secreción vaginal. Lo mismo ocurre tras algunas cirugías ginecológicas.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es clínico, pero puede incluir:
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Evaluación hormonal (estrógenos, FSH, TSH)
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Examen físico ginecológico
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Pruebas de pH vaginal y cultivo si hay sospecha de infección
Es importante no autotratarse: la resequedad puede confundirse con infecciones o condiciones más serias.
Tratamiento y soluciones efectivas
El tratamiento depende de la causa, pero puede incluir:
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Lubricantes o humectantes vaginales no hormonales
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Terapias con estrógenos locales en caso de déficit hormonal
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Tratamientos con láser vaginal si hay atrofia o dolor persistente
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Cambios en anticonceptivos o reducción de medicamentos que agravan el síntoma
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Apoyo psicológico en casos de ansiedad o estrés crónico
La clave está en personalizar el enfoque según el caso clínico.
Conclusión
Sentir sequedad vaginal antes de los 40 no debe generar vergüenza ni resignación. Con un diagnóstico adecuado, la mayoría de los casos tienen solución. Si notas síntomas persistentes, acude a tu ginecólogo de confianza: hablar a tiempo puede mejorar tu salud íntima, tu bienestar y tu calidad de vida.