El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una de las condiciones ginecológicas más comunes en mujeres en edad reproductiva. Sin embargo, a pesar de su alta prevalencia, muchas pacientes aún desconocen aspectos clave sobre este diagnóstico.
En 2025, los ginecólogos insisten en que el SOP no se trata solo de “quistes en los ovarios”, y que su impacto va más allá del ciclo menstrual.
A continuación, exploramos los síntomas menos conocidos, los riesgos asociados y los avances en el diagnóstico y tratamiento.
¿Qué es realmente el síndrome de ovario poliquístico?
El SOP es un trastorno hormonal crónico que afecta la ovulación. Se caracteriza por alteraciones menstruales, aumento de andrógenos (hormonas masculinas) y, en muchos casos, ovarios con múltiples folículos en reposo (mal llamados “quistes”).
No todas las mujeres con SOP tienen ovarios poliquísticos, y no todas las que tienen ovarios poliquísticos tienen SOP. Por eso, el diagnóstico debe realizarse con criterios clínicos, ecográficos y hormonales.
Lo que muchas pacientes aún no saben:
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Puede existir sin “quistes” visibles en la ecografía.
El diagnóstico no depende solo de una imagen. A veces, los síntomas clínicos son más importantes. -
No todas las mujeres con SOP tienen sobrepeso.
Aunque es frecuente, existen muchas pacientes con SOP y peso normal, que pueden ser subdiagnosticadas. -
El SOP no es solo un problema ginecológico.
Está relacionado con resistencia a la insulina, riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión arterial y aumento de colesterol. -
No siempre se manifiesta con acné o vello.
Muchas mujeres tienen síntomas sutiles, como caída de cabello, cansancio, ansiedad o ciclos largos sin menstruación. -
Puede afectar la fertilidad, pero no significa infertilidad.
La mayoría de mujeres con SOP puede quedar embarazada con tratamiento y seguimiento adecuado.
Diagnóstico actualizado en 2025
En la actualidad, los criterios de Rotterdam siguen siendo la base del diagnóstico, pero se complementan con herramientas modernas como:
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Ecografía ovárica en 3D y 4D, que permite observar el estroma y la distribución folicular con más precisión.
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Perfil hormonal completo, incluyendo AMH (hormona antimülleriana), FSH, LH y testosterona libre.
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Evaluación metabólica, clave en mujeres con resistencia a la insulina o síndrome metabólico.
“En nuestra práctica usamos ecografía ovárica tridimensional para detectar signos de SOP incluso en mujeres jóvenes sin síntomas marcados. Esto permite intervenir a tiempo y mejorar su calidad de vida”, indica el Dr. Denis Sánchez, ginecólogo en Quito.
Tratamiento: más allá de los anticonceptivos
El tratamiento del SOP debe adaptarse a cada paciente según sus síntomas y objetivos. En 2025 se combina un enfoque integral:
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Modificaciones en el estilo de vida: dieta, actividad física y manejo del estrés.
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Tratamiento hormonal: anticonceptivos, progestinas cíclicas o reguladores hormonales según el caso.
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Sensibilizadores a la insulina: como la metformina, útiles incluso en pacientes con peso normal.
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Tratamientos con láser ginecológico: algunos estudios muestran beneficios en ciertos casos de SOP con alteraciones endometriales.
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Apoyo psicológico o nutricional: en mujeres con impacto emocional, TCA o ansiedad relacionada al diagnóstico.
Conclusión
El síndrome de ovario poliquístico es mucho más complejo de lo que parece. Detectarlo a tiempo puede evitar complicaciones metabólicas y mejorar la fertilidad, la salud hormonal y el bienestar general.
En 2025, el enfoque es más personalizado y menos estandarizado. La clave está en escuchar a la paciente, realizar un diagnóstico certero y ofrecer un plan de manejo realista.
Si tienes ciclos irregulares, cambios en la piel o sospechas de SOP, consulta con tu ginecólogo de confianza. Detectarlo a tiempo hace la diferencia.