El implante subdérmico es uno de los métodos anticonceptivos más seguros y efectivos disponibles en 2025. Se coloca bajo la piel del brazo y libera una dosis continua de progestina, previniendo el embarazo por hasta 3 años.
Sin embargo, uno de los temores más comunes entre las pacientes es el posible aumento de peso. ¿Qué tan real es esta preocupación? ¿Es el implante subdérmico el causante directo del aumento de peso o es solo una percepción?
En este artículo analizamos lo que dicen los estudios más recientes y la experiencia clínica.
¿Por qué se relaciona el implante con el aumento de peso?
La creencia de que los anticonceptivos hormonales “engordan” existe desde hace décadas. En el caso del implante subdérmico, la confusión surge porque algunas mujeres reportan cambios en el apetito o retención de líquidos tras su colocación.
Sin embargo, es importante aclarar que no todas las pacientes experimentan estos efectos, y en la mayoría de los casos, los cambios de peso son leves y multifactoriales.
¿Qué dice la evidencia científica?
Varios estudios revisados hasta 2025, incluyendo metaanálisis publicados en revistas como Contraception y The Lancet, han encontrado que la mayoría de mujeres no presentan un aumento significativo de peso tras la colocación del implante.
Cuando ocurre, el promedio de ganancia oscila entre 0.5 y 2 kg durante el primer año, lo cual puede deberse a causas no hormonales, como cambios en el estilo de vida, estrés o alimentación.
Además, algunos estudios concluyen que las mujeres con antecedentes de sobrepeso u obesidad pueden tener una mayor probabilidad de aumento de peso con cualquier método hormonal, no exclusivamente con el implante.
¿Qué pasa en la práctica clínica?
En la consulta diaria, muchas mujeres asocian el aumento de peso con el implante por la coincidencia temporal. Sin embargo, cuando se analizan los hábitos alimenticios, el nivel de actividad física y otros factores médicos, el implante no suele ser la única explicación.
“En mi experiencia, el implante subdérmico es bien tolerado por la mayoría de pacientes, y el aumento de peso significativo es muy poco frecuente. Es clave acompañar el uso del método con educación nutricional y seguimiento”, explica el Dr. Denis Sánchez, ginecólogo en Quito.
¿Qué factores sí influyen en el peso?
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Alimentación emocional o por ansiedad, común en etapas de cambio hormonal.
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Sedentarismo, especialmente si coincide con cambios en la rutina o el posparto.
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Retención de líquidos transitoria, que puede mejorar con hidratación y actividad física.
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Predisposición genética o antecedentes familiares de obesidad.
Es importante evaluar estos aspectos antes de atribuir el aumento de peso al implante.
¿Conviene retirarlo si hay aumento de peso?
No necesariamente. Si el aumento es leve y manejable, se puede trabajar en paralelo con cambios de estilo de vida. El retiro del implante debe considerarse solo si el aumento es marcado, persistente y afecta la calidad de vida, luego de descartar otras causas.
El consejo médico es clave para no suspender un método eficaz por una sospecha sin base clara.
Conclusión
El implante subdérmico no engorda por sí solo, pero puede coincidir con cambios que afectan el peso. La ciencia en 2025 respalda su uso como método confiable, reversible y bien tolerado en la mayoría de mujeres.
Lo más recomendable es consultar con un ginecólogo, llevar un control regular y mantener hábitos saludables. Tomar decisiones basadas en información confiable mejora la experiencia anticonceptiva y reduce temores innecesarios.